Un sangriento atetando con dos coches bombas en Turquía, muy cerca de Siria, dejó en el día de ayer al menos 43 muertos y casi un centenar de heridos.
El gobierno culpó en parte a los servicios de inteligencia de siria de organizar este ataque con el fin de castigar a los refugiados que huyen hacia ese lado de la frontera.
Los vehículos que estallaron fueron detonados con 15 minutos de diferencia, y los estallidos ocurrieron cerca de un importante centro para refugiados.
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